Los caballos han adaptado sus dientes para pastar hierba. Los
caballos tienen un mínimo de 36 dientes (12 incisivos y 24 molares). Un
caballo adulto tiene 12 incisivos,
adaptados para morder y arrancar la hierba y demás vegetación, en la
parte frontal de la boca. Tienen 24 dientes adaptados a masticar, los premolares y molares,
en la parte posterior de la boca. Los machos adultos tienen cuatro
dientes adicionales justo tras los incisivos denominados «colmillos» y
que no les saldrán hasta que tengan 4 o 5 años de edad. Algunos
caballos, tanto machos como hembras pueden desarrollar de uno a cuatro
dientes vestigiales muy pequeños delante de los molares, que
generalmente se les quitan porque pueden interferir con el bocado. Este espacio entre incisivos y premolares está vacío y es donde se coloca el bocado del arreo del caballo.[32]
Los dientes de los caballos continúan creciendo durante la mayoría de
su vida para que puedan pastar correctamente. Los incisivos presentan
distintos patrones de crecimiento y desgaste según las edades de los
caballos, además del ángulo que presentan las superficies de mordedura,
por lo que pueden ser utilizados para medir de forma aproximada la edad
del caballo, aunque la dieta y los cuidados a los que son sometidos
varían notablemente en las tasas de desgaste
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