martes, 25 de octubre de 2011

Herraje del Caballo

Heraje

Nullus pedis ,nullus equus. He aquí un dicho que no por su antigüedad ha perdido valor.
El herraje se muestra, hoy mas que nunca, indispensable en la vida del caballo. A medida que el caballo fue perdiendo su interes como motor, y pasó a convertirse en deportista, su dependencia del herrador es tanto mayor cuanto mayor es el nivel en que se mueve.
Un buen herrador vale su peso en oro. Un mal herraje puede arruinar un caballo para toda la vida y, desgraciadamente los herrajes incorrectos abundan, y a menudo incluso se fomentan.
El papel del herrador es fundamental para el manejo de nuestros caballos. Un herraje adecuado, realizado de acuerdo con los mas sólidos principios científicos, puede marcar una gran diferencia para el bienestar y las prestaciones del caballo. Divulgar este concepto ha sido la razón de publicar estos artículos sobre aspectos del herraje y cuidado de los cascos.
Los articulos que siguen no fueron escritos siguiendo un guión preestablecido, como si se estuviese siguiendo un libro. Tienen su orígen en las diversas respuestas que se fueron dando a consultas sobre temas de herraje en los diversos foros y paginas web de caballos. Algunos artículos son íntegramente escritos por mí. Otros son extraidos de alguna publicación y en todos se nota la clara influencia de los investigadores modernos sobre veterinaria y herrajes, pues todo hay que decirlo, de ellos aprendemos y en ellos tenemos que reflejarnos,tanto en la práctica diaria como en el estudio de las nuevas técnicas y materiales.

Breve historia del herraje

Durante largo tiempo se ha creído que el Arte de Herrar se remontaba a una época muy antigua, coincidiendo con la domesticidad del caballo y el descubrimiento de la utilización de los metales; pero en serios documentos históricos y arqueológicos se ha comprobado que aquella idea era equivocada. Los griegos y los romanos desconocieron en absoluto el Arete de Herrar los caballos. En vez de herradura usaron unos botines de cuero, esparto y otras sustancias que ofrecían alguna resistencia al roce del terreno y se sujetaban a la cuartilla mediante correas.
El origen del herrado con clavos, tal y como hoy se practica ha sido y es objeto de acaloradas disputas. Primero se aseguro que en las Galias, en Bretaña y en Germania se herraban los caballos antes de la era cristiana. Ahora bien, de estos ¿cual fue el que invento la herradura y la sujetó al casco por medio de clavos?......no todos los sabios están de acuerdo; unos creen que se debe a los celtas, o mejor dicho a los galos; otros opinan que a los germanos. ¿Y cuando empezaron los galos a herrar sus caballos? Es difícil contestar a esta pregunta aunque hay grandes posibilidades de que fuera en las Galias hacia el siglo VI antes de Cristo. Pero lo que no admite duda es que cuando Julio Cesar conquistó las Galias en el 52 a.c. este pueblo herraba sus caballos y desde hacia tiempo, porque había ya tres clases de herraduras; las onduladas, de claveras rectangulares y las orientales y dos clases de clavos, de clavija de violín y de cabeza cuboide.
 Las herraduras empleadas durante la Edad Media, eran mayores, mas anchas y gruesas que las usadas en la Edad Antigua, y la exageración de las dimensiones de dichos aparatos protectores subió de peso cuando los guerreros tuvieron precisión de reforzar sus armaduras y sus corazas para resistir los disparos de las armas de fuego. ¿Quienes practicaban la operación del herrado en la Edad Media y que consideraciones se les tenia? Ya sabemos que durante el periodo galo-romano herraban los galos esclavos o libertos, y apenas se les consideraba en sociedad, pero después a consecuencia del papel importante que la caballería jugó en los combates y de la utilidad, cada vez mayor que prestaba la herradura en los caballos de guerra, la posición del herrador fue engrandeciéndose hasta el punto de recibir distinciones poco comunes en aquellos tiempos.
Los reyes de la dinastía merovingia, y mas aun Carlomagno y sus sucesores, imitados a su vez por los grandes señores feudales tenían a su servicio a los mariscales y herradores. Estos se hallaban a las ordenes del "conde de establo" como lo demuestra la historia de Leudaste que fue herrador y "condestable" en la corte de Caribert. Por todas estas razones era estimado como noble el Arte de Herrar, y por ello formaba parte de las enseñanzas que debía recibir un caballero. El propio Don Quijote nos dice que un caballero andante debía adobar y clavar una herradura. Dejemos en este punto como curiosidad la historia del herrado y entremos en un capitulo, digamos mas practico, aunque no por ello menos interesante.

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